Simplemente me parece extraño el comenzar de los días, extraña a la vista todas las ideas que pretendemos concebir y porque no decirlo que queremos entender.
se puede entender que exista
entre las olas nocturnas una estrella
se puede condensar en algunos días
la idea que consume el cielo
puede existir un solo latido en el transcurso del día,
es condescendiente el brillo de una mirada con el vacío de un iris
no es concebible.
Las ideas mezcladas no me resultan nada difícil de asimilar, es más me parece que es necesaria su presencia para poder seguir respirando sin pretender ser alguien que merezca un aplauso en el teatro.
como puede cambiar
de curso una palabra
puede ser sencillo,
indescifrable de explicar lo que se esconde
pretender existir
cuando las palabras no encuentran el momento
exacto para describir
solo se puede contemplar el firmamento teñido de azul en una marea roja.
CANTO A MI MISMO (fragmento)
Me ha tocado en suerte, lo sé, lo mejor del tiempo y del espacio;
nunca he sido medido y no seré medido jamás.
El viaje que emprendo es eterno (¡que todos me oigan!).
Mis signos son un capote contra la lluvia,
fuertes zapatos y un bastón cortado en el bosque,
en mi silla no sestean los amigos,
No tengo cátedra ni iglesia ni filosofía,
No llevo a ningún hombre a una mesa puesta,
a la biblioteca, a la bolsa, pero a cada uno de vosotros,
hombre o mujer, lo llevo a una cumbre.
Mi brazo izquierdo ciñe tu cintura,
Mi derecha señala los continentes y el gran camino.
Ni yo ni ningún otro puede andar por ti ese camino,
eres tú quien debe andarlo.
No queda lejos, está a tu alcance,
Quizá estabas en él desde que naciste y no lo has sabido,
Quizá esté en todas partes, en mar y en tierra.
Échate tus prendas al hombro, hijo mío, y yo traeré las mías y
apresurémonos;
Ciudades prodigiosas y naciones libres nos saldrán al paso.
Si te cansas, dame las dos cargas y apoya tu mano en mi
cadera,
Y a su debido tiempo me devolverás el mismo servicio,
Porque ya emprendida la marcha nunca descansaremos.
Esta mañana, antes del alba,
subí a una colina para mirar el cielo poblado,
Y le dije a mi alma: Cuando abarquemos esos mundos, y el
conocimiento y el goce que encierran, ¿estaremos al fin hartos y
satisfechos?
Y mi alma dijo: No, una vez alcanzados esos mundos proseguiremos
el camino.
Tú también me interrogas y yo te escucho,
Contesto que no puedo contestar, tú mismo debes encontrar la
respuesta.
Siéntate un momento, hijo mío,
Aquí tienes pan para comer y leche para que bebas,
Pero después de haber dormido y haber cambiado de ropa te beso
con el beso del adiós y te abro la puerta para que salgas.
Demasiado tiempo has perdido en sueños deleznables,
Ahora te quito la venda de los ojos,
Debes acostumbrarte al brillo de la luz y de cada momento de tu
vida.
Demasiado tiempo has vadeado, asido a una tabla en la orilla,
Ahora quiero que seas un nadador, que te arrojes al mar, que
reaparezcas, que me hagas una seña, que grites y que agites el
agua con tus cabellos.
Walt Whitman.
1 comentario:
Whitman...
Marea roja, perdición entre tantos cuerpo asiediados en el sol, la carne y la humanidad se muestra, marea roja.
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