
Mis ojos intentan comprender lo que sucede, sin embargo deciden nublar mi visión. Tengo frente a mí la ausencia plena de colores y/o diademas sonoras, la mirada intenta sin éxito dirigir mis pasos hacia un abismo, la delgada pared del tiempo espera por mis huesos para que formen un rizo en el fondo del barranco sintético.
Flotar esta permitido cuando se cruza la línea de la locura, coleccionar recuerdos parece necesario, urgente es la necesidad de volver a sentir la danza de colores que crece sobre el horizonte; la luz que habita en mis ojos se alarga mas allá de mis ideas, ahora es parte de una nube que colisiona con la canción improvisada por las risas de los días que ven nacer en la penumbra su momento de reposo; corrigiendo constantemente la postura flotan en completa libertad mis recuerdos, mi memoria y el porvenir que quiero diseñar. Inundan mis líneas gotas de lluvia recién formada, tonos amarillos y rojizos empiezan a confundirse con mi cuerpo, convierten mi sangre en el alimento del cielo creando en el firmamento un ocaso perfecto, tiñendo la tierra de colores intensos, vida extendida hasta las profundidades de los mares, las cavernas adquieren un poco de ese aliento, en sus entrañas crecen ríos luminosos que consiguen alargar la vida hasta esos rincones ajenos al silencio.
El ser fuente de vida es una idea que traspasa las nubes en que estoy disuelto, ser portador de la belleza del mundo configura en mi mente una nueva forma de contemplar el mundo, del universo y hasta de mi propio ser, la vida es demasiado intensa para ser en esencia parte de mi cuerpo.
El recorrido de este razonamiento empieza a desprender los signos de iluminación en mi ser, sin dolor aparente se alejan en silencio los tintes amarillo intenso y rojo ardiente que sentía en el cielo. Mientras el sol escondía su imagen ante la presencia de mi mirada despierta.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario