Sentado el un rincón ajeno al polvo, sincero en el descanso, contempla una vida participe extraño de la tragedia de existir. Escribe en nubes grises y ocultas la visión de la penumbra.
Una mujer, maravilloso ángel nocturno aparece en un sueño, confiesa ante un altar visión de muerte desprendida por una pared, siguen sus pasos, dejan llagas en su espalda ¡blasfemias! ¡injurias! ¡pagaras con la vida! silencio.
Nadie comprende su risa, nadie siente sus manos pálidas de alegría, el visitante rodea su almohada, sopla en su oído dulces notas, melodías brillantes, acordes oníricos se tejen, el grito dulce y seco es audible, golpe musical en las paredes.
Palabras, intento de configuración de las ansias, la melancolía no es permitida en el mundo de esta joven victima, inocente ser de hermoso cabello y sentimiento puros, incontenible crimen no se un ángel en la noche antes de sentir la pasión del otro mundo.
El observante continúa dando vida a la tinta, el calor del cuerpo sube a la memoria; siente en la niebla obscurecer su visión.
La hija del espanto y la opulencia, no puede salir, reja despierta impide ver sus pasos en la hierba seca, mentes ajenas le inyectan vida en las mañanas, lluvia artificial en su cuerpo, lagrimas frágiles en su conciencia, un níveo pétalo cubre su cuerpo, las heridas no sierran, solo gotean en la melancolía de Beethoven.
Risa, no es mas que un recuerdo, una imagen en un violín pétreo, su bello rostro nunca pudo iluminarse, sentía penumbras en su cabello, eran largas y obscuras, la noche, su reflejo.
En el aire una marcha fúnebre se teje en silencio, goteando crece en vida, !vida! no existe lamento terrible en sentir su ausencia, total desierto y angustia.
Sentir la brisa, tomar el aire puro sin golpes de maldad, acaecimiento de la esperanza, contemplación inútil, codicia más ávida.
Más se puede esperar de la pluma del escriba.
Desaparecen las sombras del lecho indefenso, sonrisa visible, la piedad consigue el efecto, las paredes no aguardan a las visiones, querubines de alas negras cruzan la mirada con el visitante, visión nublada.
Aturdido por la dama, abatido por sentir su sonrisa, destina sus miedos a conservar la cordura. Intenta comenzar otra página, cruza las líneas aguando la fatiga de la gloria.
Toma su mano, grita con ella, agita la miseria de ambas estelas, sintaxis mal escrita, dejan de lado las visiones de tragedia, cuentan las horas con reflejos de luna.
Miran mi imagen y tiemblan, la pesadilla nos envuelve, mirada congelada, tinta condensada; sangre extendida en el papel. Visiones de sueños.
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IMITACION DE SHAKESPEARE.
¡Mañana, si, mañana, i aun mañana!
I despues de ese seguirá otro dia,
Corriendo todos con tenaz porfía
A perderse en la inmensa eternidad!
Así pasan fugaces nuestras horas!
En su curso monótono i medido,
Alumbrando al camino que al olvido
Conduce a la doliente humanidad.
Apenas llega un dia i desvanece:
Efimero cual él otro le sigue;
I eterno el tiempo en su tarea prosigue,
Arrojando a la nada lo que creó.
I el hombre, convidado misterioso
De ese festin de muerte, pasa vano,
Como de arena imperceptible grano.
Que el viento del desierto levantó.
Como un sueño pasar mira vida:
La juventud se le presenta bella,
Guiado por la esperanza, dulce estrella,
En la frente la aureola del amor:
La copa de la dicha le presenta;
I al acercar a ella el labio ansioso,
Mira quc desparece; i pavoroso,
Se levanta un espectro aterrador:
Es la vejez, que en su marchita mano
Lleva el caliz amargo de la vida;
A gustarlo le obliga; i escondido
Encuentre allí la triste decepcion.
El espectro, con dedos descarnados
Arranca ya las flores de su frente,
Su Eden convierte en páramo inclemente
Destrozándole el prisma de ilusion:
I cuando con su nliento emponzoñado
Marchitó la esperanza lisonjera;
Cuando vió que la grata primavera
Con su lúgubre nombre oscureció,
Cuando perdida ya las ilusiones
Disipados los sueños de ventura,
Solo quedan acento de amargura
A su voz que el dolor enmudeció;
En ellos a la muerte invoca, ansioso;
A esa amiga fatidica i sombría,
Que alargando al mortal su diestra fria
Lo conduce al asilo postrimer.
iOh existencia! luz breve i fujitiva ;
O mas bien sombra triste, errante i vana;
Comparable al histrion que se engalana
En hora fujitiva del placer;
A quien todos escuchan un momento;
Que durante un instante se envanece,
I que pasado este desparece
Para entrar en su propia oscuridad.
Te asemejas al cuento que un demente
Relata en su delirio turbulento;
Lleno de ruido, furia i movimiento!...
I encierra solo oscura vaguedad!
DOLOR
Canst thou not minister to a mind disens'd;
Pluck from the memory a rooted sorrow;
Raze out the written troubles of the brain;
And with the some sweet oblivious antidote,
Cleanse the stuff'd bosom of that perilous stuff
Which weighs upon the heart?
Macheth.
¿No te es posible, dí curar el alma,
Desarraigar un hondo sentimiento,
Estirpar del cerebro un pensamiento,
I la razon volver su antigua calma?
¿No te es posible administrar, prudente,
Algun suave antídoto de olvido
Que limpie el pecho de dolor henchido,
I que amortigüe el corazon doliente?
¿Qué existencia maldecida
Fué la que el cielo me diera,
Que a luchar solo naciera
En borrasca embravecida?
¿Por qué veloces pasaron
Los años de la inocencia,
I en dolorosa esperiencia
Sus ilusiones trocaron?
¿Qué se hizo la ciega fé,
I la sublime confianza,
I aquella grata esperanza
Que en el destino cifré?
¿Por qué la naturaleza
Miró al traves de un crespon?
¿Por qué no hallo una mansion
Que disipe mi tristeza?
¿Qué quiere esa nube negra
Que cual un fúnebre velo
Me cubre el azul del cielo
I el sol cuyo rayo alegra?
Iel viento que triste jime
Sacudiendo mi ventana,
¿Qué tiene? ¿por qué se afana?
¿Acaso un dolor le oprime?
I esa campana que llora
¿Qué nos quiere? ¿llama a alguno?
Me angustia su eco importuno,
Pienso que sufre e implora.
En todo encuentro pesar,
No hallando solaz en nada;
I mi cabeza agoviada
Quisiera ya reposar.
Mis ilusiones pasaron
Con mis años halagüeños;
I mis dorados ensueños
Cual humo se disiparon;
Todo en la vida perdió
Para mi su dulce encanto
I en hondo mar de quebranto
Mi corazon se anegó.
En otro tiempo gozaba
En la amena soledad;
Léjos de la sociedad
Mi espíritu se estasiaba;
Mas; oh dolor! ya no encnentro
En su seno bienestar;
Allí me sigue el pesar
Con su semblante siniestro.
Por do quiera ya mis ojos
Solo en sepulcros se fijan;
I a doquier que se dirijan
Descubren tristes despojos:
En la sublime creacion
Contemplo solo un osario;
Do se alzan en su sudario
La muerte i la proscripcion:
Ellas llenan mi existencia,
I cual esfinjes sombrias,
Me acompañan en mis dias,
lnmobles en mi presencia:
Oscurecen el pasado,
Llenan de duelo el presente,
I el porvenir a mi mente
Lo presentan desolado.
Consume mi alma el dolor,
I mi cuerpo se aniquila,
I ya mi razon oscila
En este abismo de horror.
¿Qué hacer en tal desventura?
¿Donde encontrar un asilo,
En cuyo seno tránquilo
Olvide tanta amargura?
Cuando el huracan domina
Con su ímpetu poderoso,
Doblega el árbol frondoso,
La flor i el boton inclina;
Mas, pasada su violencia
Se levantan mas hermosos;
Sonrien al sol, dichosos,
Bendiciendo su presencia;
I olvidan cuanto han sufrido
Gozando del rayo ardiente
De aquel astro refuljente
Que su lumbre ha difundido:
Seres se hallan en el mundo
Que cual ellos se agoviaron;
I tambien se reanimaron
Olvidando un mal profundo;
Que a los placeres renacen
I con lozana esperanza
Reviven a la confianza
Cual si la dicha encontrasen;
Pero yo, desventurada,
Suspiro por el olvido
I mi reposo perdido
No puede volverme nada:
Ai! todo aquello que un dia
Mi corazon estasiaba,
Cuanto a mi mente halagaba,
Dando a mi pecho alegria,
Solo me causa tormento;
Porque entre el tiempo pasado
I el presente desolado
Media un abismo sangriento:
Porque ahora desprecio el mundo;
I en la humanidad no creo:
Por do quiera ya no veo
Sino un desierto infecundo.
La violenta tempestad
Que devastando mi vida
Me arrojó cual ave herida,
A una yerta soledad,
En su raudo torbellino
Arrastró mis ilusiones;
I en estranjeras rejiones
Me entregó a fatal destino:
De allí contemplo, abismada,
Las injusticias humanas:
Afanes i luchas vanas
Solo alcanza la mirada;
I vaga mi pensamiento
En los recuerdos penosos
De tantos hechos odiosos
I de miserias sin cuento.
iOh Dios! la vida es un sueño,
Una pesadilla horrible?
¡Ser eterno, incomprensible,
Dadme un celestial beleño,
Que adormezca el sentimiento
De mi pecho dolorido
Dando reposo i olvido
Al cansado pensamiento!
A vos, imploro, Señor,
Desesperar ya me siento;
Dad alivio a mi tormento;
Os lo pído por favor.
En mi infortunio, oh mi Dios!
IHe sufrido demasiado
I de todos he dudado,
iNo quiero dudar de vos!
MERCEDES BELZU DE DORADO (1835) poetisa boliviana, se refería a sus versos de la siguiente manera:
"versos sin arte, sin pretension, tristes como mi vida, monótonos
como el sentimiento que me dominára; los escribí sin pensar en
que jamas fueran leidos i sin preocuparme de reglas que ignoraba "
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