jueves, enero 18

Diferentes formas de contemplar el medio día

Luz pálida quiere encandecer dos gotas de tierra, caminan entre el hierro pintado en la distancia cubiertas de sed soportando el ritmo del sol, pasos tranquilos ocasionan un sismo entre las flores. Esquemas líquidos se acercan al otoño sólo permiten el paso de un haz imperceptible, ciegos a un canto o a una caricia, miran de pie, observamos la indiferencia, crean belleza, contemplamos las cadenas, crecen solitarias, sentimos el hierro, colectan indiferencia, percibimos una mirada distante, resisten la tormenta, caminamos en círculos, Espera.

Sin sentir la lluvia, temiendo gotas de rocío en la mirada continúan los días; sonidos y presentes extraviados, el reloj de piedra gira junto con nuestras manos, conquista la espera mientras se iluminan las miradas en dirección contraria. Se comprime la dicha las hojas siniestras empiezan a brotar, interminable espera que accede a suspender la armonía, sueña y vive en un cuarteto de hierbas. El mundo ajeno indiferente a la verdad, exprime entre sus dedos una palabra, es más fácil reprimir a una flor y construir en el cielo la tristeza.

Condenadas estamos, el hierro se presenta como excusa de otro mal, la paciencia escasa desgastada por alas de lluvia, hielo marchito pretendiendo continuar.

Incierto encierro el que tenemos, alejadas de la tierra, suspendidas en mitad de una tragedias siete melodías componen el cerrojo que circula en nuestros pétalos transparentes, la nota triste que escapa de un violín golpea las imágenes, se desprenden las hojas que goteaban al viento, interrumpe la espera en el presente, pacto siniestro con la vida.

Conflicto en la espera, escape profundo apegado al presente desapareciendo en el espacio reclamando para sí un poco más de vida, sintiendo extrañeza ante una mirada, un grito que nunca empieza a sangrar, no termina de caer, se siente en el aire cual lluvia, recuerda, despierta, brilla.

Cadenas y sierras recorren los tallos eternos, fueron refugio de ángeles ciegos sin alas, sus voces cálido respiro que sienten mis manos. Era descendiente de la tragedia, acompañaba sus líneas con tinta de una marea, dibujaban círculos nocturnos para comprender mis palabras, eran indiferentes al encierro de piedra contenedor de sus raíces y penas, nunca tocaron el suelo porque prefieren crecer en la arena tonante y eterna.

Gotea una mirada a su cielo, detrás de pesados cirios metálicos en incandescencia observo sus cristalinos pétalos.

.Se desprende una lágrima, decide fundir sus sueños con el acero, mis manos continúan ¿podrá cubrir en llanto la espera? Solamente acaricia el aire que corre contra el tiempo.

àlvaro

miércoles, enero 17

Entendimiento

Si pueden calibrar en tu mente, las palabras, los días, las horas...comprenderas.


parece que las notas escritas entre días nublados, pueden ocasionar la curiosidad de las estelas, se conforman en torno a las letras y crean belleza indescriptible, se contraen entre las lineas y luchan con la luz que permite contemplarlas.La danza constante es dispersa, una vaivén de izquierda a derecha, en medio de la nada.


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Se va la primavera,
quejas de pájaros, lágrimas
en los ojos de los peces.


Mirar, admirar
hojas verdes, hojas nacientes
entre la luz solar.


Rapado llego
a ti, cabellos Negros:
mudanza de hábito.

Cascada - ermita:
devociones de estío
por un instante.

Matsúo Basho
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