sábado, agosto 16

mirada polaca

AMOR

Cuatro ramas fulgurando - cuatro labios mordidos

yacen en sí mismos alimentados de silencio.

La madera viva siembra con sus hojas chispas

cubriendo las huellas que olfatea y sigue la bestia

Hemos llegado aquí enlazados sobre los hombros

nuestras manos son ajenas, los rostros próximos y lejanos,

y una sonrisa frágil como de agua aprisionada

que de pronto por los agujeros baja huyendo.

Caímos dentro del bosque perforados y aún nos hería la hierba

del cenegal; los cabellos chorreaban como sangre sobre los rostros;

en la oscuridad en nosotros deleitándose

hasta que pasamos de su garganta a sus intestinos.

Cuando queremos volver hacia la pared del horizonte

el cenegal se relame, chupa el cuerpo con el cual andamos;

gritamos pidiendo una mano;

nos cree el viento; acaso la noche.

Boguslaw Zurakowski (1939)


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Si me permiten

vivir,

voy

a despejar las angustias

que brotan

del alba, del día

y la noche

sin almas, sin

fantasmas

absurdos

que golpean

las miradas.


son esos planos

del alma

los mágicos

números

del viento

que fue una

palabra.

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